Muchos clientes nos llaman alarmados porque han invertido tiempo y esfuerzo en diseñar su Web pero no están teniendo las visitas que imaginaban y mucho menos vendiendo lo que esperaban.
En primer lugar cabe constatar, que un negocio online no es una tienda. Si bien es cierto que de manera online se puede acceder a mucha más gente que en un negocio local, la interacción con el cliente es más fría, más rápida y más incontrolable…
Y además hay múltiples variables que pueden hacer que ese posible cliente no formalice la venta por internet como:
- Que nuestra web no se cargue bien en móviles y tabletas
- Que haya visto una web de la competencia con precios más económicos
- Que le gusten más los colores o las imágenes de otra web
- O que simplemente… esté chafardeando y se quiera esperar…
Pero aun así, y a pesar de estas variables, existen algunas buenas prácticas de buen comercial que se pueden aplicar a la versión de nuestro negocio online y que nos pueden ayudar a convertir las visitas en ventas.
Inspirándonos en el post de Celestino Martínez hemos desarrollado una pequeña guía de razones por las que puede ser que no vendas, te las exponemos.
Razones por las que no estás vendiendo todo lo que deberías desde tu web:
Aunque parezca una tontería puede que no este lo suficientemente bien explicado o que lo que vendemos no sea muy coherente con la forma que tenemos de explicarlo.
No es lo mismo vender «calzoncillos de algodón talla XL» que una «Auditoria de ventas», ¿verdad?
Por lo tanto, revisa las descripciones y pregunta a tus allegados si se entiende lo que estás vendiendo.
Si tu producto no es fácil de entender, ofrece algunos motivos por los que deberían contactarte para que se lo expliques.

Si no pones los precios claros en la web o hay demasiado letra pequeña en tus productos o servicios puede que sean factores disuasivos. Así que trata de simplificar tus productos.
Escribe las 4 o 5 características que te diferencian de la competencia y plásmalas en tu sitio Web, tu sello de confianza servirá para persuadir a tus clientes.
Por hoy ya te hemos dado 3 razones en las que reflexionar.

Si solucionas un problema de un cliente, te habrás ganado el cielo. Hay muchas tareas que en el día a día se nos quedan encalladas, y que por más que les damos vueltas no encontramos la solución, el proveedor o el tiempo para arreglarlo.
De pronto aparece alguien con la solución, fácil, rápida y efectiva, y nos quitamos ese peso de encima!
