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Mindfulness; el control de la felicidad

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Mindfulness; el control de la felicidad

Esta palabra que carece de traducción literal en español, destaca como lo más puntero en las tendencias psicoterapéuticas y de búsqueda de equilibrio emocional.

Una filosofía de vida procedente del budismo Zen, que predica vivir en el momento presente, aprendiendo a monitorear las continuas sensaciones y pensamientos más de cerca, usando tanto la meditación como los ejercicios de yoga.

Este concepto ha sido creado y adoptado por las psicoterapias de última generación como la terapia de aceptación y compromiso, la terapia de conducta dialéctica, o la psicoterapia analítica funcional.

La Base científica

Desde hace años profesionales de la mente han estudiado la práctica de la meditación como el antídoto contra el estrés y el control sobre las emociones negativas.

El doctor Richard Davidson, director del Laboratorio para las Neurociencias de los Afectos, de la Universidad de Wisconsin, reveló en una reciente investigación, un índice para establecer el centro cerebral de los estados de ánimo.

Así, y gracias a un sofisticado programa de lectura mediante resonancias magnéticas del cerebro, averiguó que el nivel del estado anímico típico de una persona se puede leer en los niveles de actividad de las áreas pre-frontales; derecha o izquierda.

Lo que supone que cuando la gente está ansiosa, enojada, deprimida, las partes del cerebro convergen hacia la parte pre-frontal derecha, región cerebral importante para la hiper-defensa típica de las personas con estrés.

Por el contrario, cuando la gente tiene ánimo positivo, entusiasmo y energía, esos sitios están tranquilos y aumenta la actividad de la corteza pre-frontal izquierda.

Esto predice los estados de ánimo diarios con sorprendente exactitud. Cuanto más se incline hacia la derecha, la persona tenderá a estar más infeliz o afectada, mientras que cuanta más actividad se desarrolle en la parte izquierda, más feliz y entusiasta estará.

La herramienta de la Meditación

Tras un inédito experimento que se realizó con la colaboración del Dalai Lama, estudiando a un grupo de lamas que pasaron por lo menos tres años meditando en retiros solitarios, se pudo probar cómo la meditación Zen que practican los monjes budistas influía directamente en el desarrollo de estados anímicos de felicidad.

Estos y otros descubrimientos llevaron a algunos investigadores a diseñar un programa llamado «Cultivo del equilibrio emocional», que combina métodos extraídos del budismo, la práctica de la meditación y la lectura de las expresiones humanas.

Desde entonces, el doctor Jon Kabat-Zinn, fundador de Mindfulness-stress Reduction Clinic, en la Universidad de Massachusetts enseña meditación a pacientes con enfermedades crónicas para ayudarlos a manejar mejor sus síntomas y tras cientos de estudios sobre sus pacientes, los resultados sugieren que el punto de las emociones puede modificarse con un adecuado entrenamiento de meditación.

Preparado, listos…a practicar

El entrenamiento Mindfulness se centra en aprender a monitorear las sensaciones y pensamientos, tanto con la meditación como con ejercicios de yoga.

Con ello se consigue fortalecer una gran cantidad de neuronas del lado izquierdo de la corteza pre-frontal, e inhibir los mensajes de la amígdala, que envía emociones perturbadoras.

Se enseña al alumno a mantener empeño en centrarse en el momento presente, de forma activa y reflexiva. Una opción por vivir lo que acontece en el momento actual, el aquí y el ahora, frente al vivir en la irrealidad, o el soñar despierto.

En realidad, la práctica del Mindfulness no nos debería representar grandes esfuerzos, ya que es una capacidad humana universal básica, algo muy simple y familiar, que hemos experimentado en numerosas ocasiones de nuestra vida.

Tal como asegura el maestro Thich Nhat Hanh, simplemente se trata de ser conscientes de lo que estamos haciendo;

“mientras lavas los platos debes lavarlos simplemente, lo cual significa que mientras lo haces eres totalmente consciente de ello “

Con ello se consigue un estado de “plena atención” que impide que nuestra mente divague, de un lado a otro, dejándose llevar por la multitud de pensamientos que la asaltan constantemente.

La fórmula en 5 pasos:

1.-Estar aquí y ahora; Sentir las cosas tal y como están sucediendo, sin pretender ejercer ningún control sobre ellas. Dejar que los pensamientos fluyan sin modificarlos, cambiarlos o hacerlos desaparecer.

La práctica nos llevará a aceptar las experiencias tal y como son, sintiendo lo que sucede, sin huir, aunque se trate de una emoción desagradable. Lo que permite que lo que deba suceder, suceda de un modo completo, dejando que cada experiencia sea vivida en su momento, en el presente.

2.- Apertura a la experiencia y a los hechos; Centrarse en lo que se está viviendo, en vez de centrarse en las interpretaciones que pueden hacerse de dicha experiencia.

Sentir y percibir sin usar el lenguaje para interpretarlo o traducirlo, ya que el lenguaje puede darle otras interpretaciones.

Así, la persona se limita a observar y sentir lo que aquello le sugiere de un modo natural, sin ejercer control alguno.

3.-Aceptación radical; la experiencia se acepta tal y como es, tanto si es positiva como si es negativa, como si fuéramos un observador con la mente abierta sin valorar ni juzgar, sin decir «esto está bien» «esto está mal, «esto es horrible», «esto es maravillo», «esto es sucio»…

De este modo las emociones negativas se ven como normales, no como algo horrible de lo que hay que huir, sino como parte de una experiencia humana que es necesario vivir.

 4.- Elección de las experiencias; Las personas eligen con qué experiencias quieren usar esta técnica, es decir, eligen en qué desean centrarse.

Una vez que han elegido la situación, han de vivirla tal y como es, aceptando todo lo que acontezca. De este modo, las emociones, las ideas, las imágenes mentales, los deseos, etc… se dejan fluir durante la experiencia.

5.- Renunciar al control; La aceptación implica renunciar al control. En vez de tratar de controlar las reacciones como el llanto, por ejemplo u otro tipo de emociones. La persona debe experimentarlas tal y como se producen.

El objetivo final de la práctica es no reducir o no controlar el malestar, experimentando emociones como la ira, la tristeza, la culpa, o el miedo tal y como aparecen.

Múltiples Beneficios

Son múltiples los Beneficios de la práctica del Minfulness en cualquier persona y se centran en estos tres ámbitos:

  • Cuerpo; Reduce el Estrés asociado a alguna enfermedad, el dolor crónico especialmente en fibromialgia y cáncer, el dolor agudo, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos del sueño, las cefaleas y la hipertensión. Facilita la respiración reparadora y aumenta la flexibilidad.
  • Mente: Reduce las distracciones y aumenta la concentración, reduce los automatismos. Minimiza los efectos negativos de la ansiedad. Acepta la realidad tal y como es y posibilita el disfrutar del momento presente, reduciendo el sufrimiento.
  • Unidad; Evita la impulsividad. Desarrolla una actitud de responsabilidad en el cuidado de la propia salud. Mira el dolor de otra manera. Se es más sabio y se desarrollar la espiritualidad.

El Objetivo final…

Su principal utilidad, se centra en vivir la experiencia con fortaleza como parte del aprendizaje de vivir, sin tratar de controlarla para no crearnos ni estrés, ni ansiedad, ni sensación de impotencia.

Se trata de aprender a darnos recursos tanto externos como internos, y una predisposición para trabajar de forma sabia y eficaz que nos permita curarnos, reorientar y cambiar las cosas que podamos cambiar ahora y en un futuro.

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