Esta cantidad de sal la podemos encontrar tanto en la sal contenida en los productos preparados como en la sal que puedes añades a tus comidas. En los productos envasados verás la cantidad de sal en la etiqueta del mismo producto. En la etiqueta encontrarás la cantidad de sodio (normalmente esta en gramos) y solo debes multiplicar ese número por 2,5 para obtener el contenido de sal por ración en gramos.

Ni una, en ningún caso. No debemos ni probarlas. Lo que debemos consumir, según los expertos, es agua. Es agua, tanta como queramos. Si le queremos dar un poco de sabor, podemos poner unas gotas de un limón (siempre que el zumo de limón lo hayamos obtenido unos segundos antes de ponerlo en nuestro vaso de agua).

La cantidad es… ninguna. Como suena. Aunque nos cueste aceptarlo. Esto incluye tanto el jamón serrano como cualquier tipo de embutido. La cantidad permitida es exactamente 0 gramos, por lo que estos alimentos no deben consumirse en absoluto si deseas mantener un sistema cardiovascular saludable. Recuerda que la OMS (Organización Mundial de la Salud) los considera cancerígenos.
