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La Granada, rubís de salud

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La Granada, rubís de salud

Las semillas prismáticas de la Granada de gran belleza y tono rubí, han sido consumidas por la humanidad desde el lejano Egipto.

Se dice que Hipócrates ya empleaba el zumo de granada como medicamento para tratar afecciones del aparato digestivo, y en algunas culturas orientales, los tabiques internos de la fruta, mezclados con pimienta, sal y jengibre, se utilizan como un remedio popular para limpiar los dientes y fortalecer las encías.

Este fruto que para romanos y árabes representa el símbolo del amor, es apreciado en todo el mundo, por su frescura, sabor y propiedades. Aunque se puede encontrar en arbustos silvestres, su producción mayoritaria se halla en países como Afganistán, Irán, Israel, Brasil, California y España, que encabeza la lista con el 95% de la  cosecha.

La mejor época para consumirla empieza en Octubre, y se dilata hasta mediados de Febrero, así que a partir de este mes la encontraremos en todos nuestros mercados dispuesta para ser adquirida.

Aunque a muchos de nosotros nos pueda dar pereza consumirla, por el trabajo que supone extraer sus granos, son tantos los beneficios que aporta la carne de sus semillas, que sobran los motivos para incluirla en nuestra mesa.

Con todo, existe un famoso truco para sacar las semillas con mayor facilidad que consiste en cortar las granadas por la mitad con un cuchillo y golpear las mitades por los laterales con una cuchara de madera para que caigan los granos.

Un producto de cosecha propia y de temporada, que nos aportará múltiples beneficios para la salud y dará color a nuestros platos.

Ideal para Adelgazar

Es una fruta de muy bajo valor calórico, con tan solo 31.8 calorías por cada 100 gr. y de escaso contenido de hidratos de carbono, lo que la convierte en ideal para incluir en cualquier dieta hipocalórica.

Además por sus propiedades diuréticas y depurativas y gracias a su elevado contenido en agua y potasio y su escasez en sodio, la granada facilita la eliminación de líquidos a través de los riñones.

Potente Antioxidante

Debido a su contenido en antocianinas que se ve reflejo en los pigmentos de color rojizo o azulado pertenecientes al grupo de los flavonoides, su consumo es indiscutible para frenar los procesos de envejecimiento y la aparición de enfermedades degenerativas.

Asimismo esta especie es substancialmente rica en vitamina C, E, y las del grupo B, especialmente B1, B2, como la mayoría de las bayas o frutas silvestres.

Digestivo Natural

Tiene propiedades astringentes y anti-inflamatorias sobre el tracto digestivo. Su consumo está indicado en caso de diarreas infecciosas como la gastroenteritis, y la colitis, y en caso de flatulencia y cólicos intestinales.

A su vez, desde la antigüedad se le atribuyen acciones Antiparasitaria o antihelmíntica frente a parásitos intestinales como tenia o solitaria. El responsable de esta acción es un alcaloide, la pelletierina, que se encuentra sobre todo en la corteza de la raíz del árbol.

Tónico cardíaco

Ayuda poderosamente al corazón, a prevenir el colesterol y la arteriosclerosis, por su riqueza en flavonoides y vitaminas antioxidantes (C y E).

Aporte de hierro

Esta fruta también tiene una función Antianémica porque su riqueza en vitamina C y su aporte de cobre facilitan la absorción del hierro de la dieta. Igualmente posee un gran poder vigorizante y es muy adecuada para las personas débiles y ancianas.

Copa de granadas con crema de Mascarpone

  • 2 huevos enteros
  • 160 g de azúcar
  • 200 g de nata montada
  • 400 g de queso mascarpone
  • 2 granadas frescas,
  • una cucharada de azúcar
  • una pizca de zumo de limón.

Se mezclan los huevos con el azúcar y se baten enérgicamente con ayuda de unas varillas en un bol. Una vez preparada la mezcla, se le añade el queso mascarpone. Se mezcla con cuidado para que se integre bien y el conjunto quede cremoso. Este tipo de queso se puede sustituir por cualquier otro que sea fresco y algo graso.

Seguidamente, se incorpora delicadamente, con ayuda de una espátula o cuchara, la nata montada, de manera que resulte una crema suave y esponjosa. En este momento es conveniente remover el conjunto de arriba abajo para que no se apelmace y se integren bien sus elementos. A continuación, se parte cada una de las granadas en dos y con una cuchara se rescatan todos sus granos, evitando arrastrar la membrana blanquecina que los recubre, de regusto desagradable, una vez seleccionados, se meten en otro bol, se rocían con el azúcar y el zumo de limón, se cubren y se dejan en la nevera al menos 15 minutos antes de servir el postre.

En la mitad de seis boles de cristal, arrinconamos los granos de granada aderezados. En la otra mitad, vertemos la crema de queso recién hecha, aún esponjosa. Refrescamos el postre unos instantes en la nevera y lo servimos sin demora.

 

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