La falta de horas de sueño esta directamente relacionada con el aumento de peso. También tiene mucha relación con la posibilidad de padecer obesidad. La causa más probable es un desequilibrio hormonal. Dormir mal altera las hormonas que regulan al apetito, que son las siguientes,
- la leptina, que reduce el apetito
- la grelina, que lo aumenta
Estas hormonas regulan el apetito, la ingesta de alimentos y el metabolismo energético. Estas dos hormonas deben tener un equilibrio entre ellas aumentando el apetito, cuando las reservas de nuestro organismo están medio vacías, y en una disminución de estas después de haber comido.
Sin embargo, es importante señalar que cuando dormimos pocas horas y no llegamos a las necesarias los niveles de estas hormonas se invierten: los de leptina bajan y los de grelina suben. Este desequilibrio hace que nos sintamos más hambrientos.
